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Matrimonios

10 tips para que no dejes la dieta

Nadie dijo que hacer dieta fuera fácil. La palabra nos lo advierte desde un principio, ya que su definición es "privación" o "régimen". Y comprobamos que no, no es sencillo... Pero aquí estamos para apoyarte con estos tips.

Emma Jaramillo
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Entre otras cosas, no es sencillo porque no a todos les funciona la misma dieta: depende de su sexo, edad, genética, metabolismo... Por eso, es importante que sea formulada por un especialista, que evalúe a cada persona y la ayude a perder peso sin poner en riesgo su salud.

Pero, independientemente de la dieta que tengamos, romper con los viejos hábitos y tener algunas limitaciones no es fácil para ninguno. Así que aquí te damos unos tips para no desfallecer en el intento.

  • 1. No te peses

Cuando se está haciendo una dieta balanceada, aplica perfectamente el dicho de "lento pero seguro". Es probable que al principio la pérdida de peso no sea demasiado notoria, y que la balanza no muestre cambios drásticos (de hecho, no es aconsejable perder más de un kilo por semana). Así que lo mejor es no mirar la pesa muy frecuentemente. De nada sirve adelgazar radicalmente, teniendo en cuenta que se trata de cambios temporales, e incluso peligrosos.

  • 2. No quieras ser perfecta

Quizá ya has escuchado mil veces que "La perfección no existe". Pues déjame decirte que es verdad. Hasta las mujeres más hermosas están inconformes con alguna parte de su cuerpo. Haz el experimento a tu alrededor: pregunta a tus amigas, compañeras, familiares. Ninguna ni se siente, ni es perfecta. Y si lo fuera, ¿no sería un poco aburrido? Otra prueba de que la perfección no es definitiva, es que cambia a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en los años cincuenta eran apetecidas y admiradas las mujeres con anchísimas caderas. Los paradigmas de belleza se van transformando.

  • 3. No comas frente al televisor

El momento de la comida es importante. ¡Y debes darle su lugar! Comer frente al televisor, o en tu pueso de trabajo, sin concentrarte ni disfrutar de lo que comes, puede ser contraproducente. De hecho, no te das cuenta en qué momento ya estás satisfecho. Ese es el problema: que como estás concentrado en otra cosa no eres conciente ni de los sabores ni de las cantidades.

  • 4. Haz ejercicio

Una dieta acompañada de una rutina de ejercicios da mejores resultados. No solo porque ayuda a quemar calorías y, por tanto, a perder peso, sino porque sirve para tonificar y moldear el cuerpo. Pero tiene otros efectos muy positivos, a nivel tanto físico como emocional: reduce el estrés, ayuda a socializar, mejora el sueño y la autoestima. Y todo esto contribuye a mantener la motivación.

  • 5. Empezar por lo saludable

En Colombia estamos acostumbrados a almorzar todo junto, en un solo plato: una ensalada, una proteína y un carbohidrato (o varios), pero un buen truco puede ser el de dividir nuestro único plato en varios: servir un primero, un segundo y hasta un tercero. Comenzar por la ensalada es bueno, no solo porque lo primero que recibe el cuerpo son los nutrientes de las verduras, sino porque vamos ganando tiempo para que el cerebro procese que estamos satisfechos. Sin darnos cuenta, comeremos más despacio y quedaremos más llenos.

  • 6. Si no aguantas la tentación, dale una probadita

Hacer dieta no debe ser sinónimo de torturarse. Es verdad que lo ideal es no comer productos muy calóricos, pero de vez en cuando es bueno una recompensa. La puedes establecer con tu nutricionista: un regalito cada semana es una buena idea. Y, si tienes alguna tentación a la que no te puedes resistir, pruébala, pero no te excedas. Eso sí, que no se convierta en algo de todos los días.

  • 7. Espera un poco para sentir saciedad

El proceso desde que ingerimos un alimento hasta que tu cerebro recibe el mensaje de que ya estás satisfecha se demora 20 minutos. Por eso, hay que tener un poco de paciencia y esperar a que llegue esta sensación, en lugar de seguir comiendo. Un buen truco es comer despacio. Además, si comemos lentamente nuestro cuerpo recibe los alimentos en mejores condiciones y prevenimos molestias posteriores.

  • 8. Si vas a comer afuera, cómete algo pequeño antes de salir

Las comidas con más gente son un poco peligrosas. Primero, porque son muy tarde y segundo, porque puedes llegar con demasiada hambre y perder la noción de lo que comes. Es, por tanto, recomendable que comas algo ligero antes de salir: una fruta, un yogurt, unos frutos secos. Y así no deborarás todo lo que pongan en la mesa.

  • 9. Nada de comida chatarra en la casa

La mejor forma de no caer en la tentación es no tenerla cerca. Lo ideal es no tener en la despensa comida chatarra: ni papas fritas, ni chocolates, ni pastelería. Aunque te antojes, no lo puedes comer, así que lo reemplazarás por la comida saludable que sí tienes a la mano. Y no estaría de más esconder las tarjetas para pedir a domicilio, por si llegas a tener algún impulso incontrolable.

  • 10. Indentifica tu estado de ánimo

El estado de ánimo es otro punto importante. Algunos días, o en ciertas etapas personales, nos sentimos más motivados que otros. Tómate un minuto para pensar en qué momento estás: si te sientes optimista y enérgica o un poco desanimada. Anótalo. Una vez eres consciente de por qué situación estás pasando, puedes buscar razones para darte ánimo. Escribe estas razones también y no las olvides. Puedes colgar el listado en algún lugar visible (¿Qué tal la puerta de la nevera, o la de tu cuarto?). Te recordarán por qué haces lo que haces.

Ahora que sabes lo que quieres y por qué lo quieres, ya puedes estar dispuesta a asumir ciertos sacrificios y, sobre todo, a ser paciente: seguramente llegarás a tu peso ideal. ¡Ánimo!

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