El matrimonio de Rodrigo y Paula en Bogotá, Bogotá DC
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09 Abr, 2016La crónica de nuestro matrimonio
Crónica de matrimonio: Rodrigo y Paula
Hoy, hace seis meses celebramos el inicio bajo la bendición de Dios de nuestra vida juntos como pareja; como esposos. Y aún estamos como en luna de miel.
El pasado 9 de abril de 2016, en la ciudad de Bogotá, junto a nuestra familia y amigos celebramos nuestro matrimonio y fue un día realmente especial pues había mucho amor, mucha unción y mucha alegría.
Fue sin duda uno de los mejores días de nuestras vidas.
La celebración tuvo una preparación de entre cuatro y tres meses, pues nos comprometimos el 11 de diciembre de 2015, víspera de la Virgen de Guadalupe.
Sin embargo, hay que ser justos y contar que la historia comenzó hace mucho más tiempo, pues Rodrigo y yo vivimos un noviazgo de tres años y medio, donde pasamos por muchas cosas, conversamos mucho, soñamos mucho e intentamos ser muy sinceros con aquello que somos, que queremos ser y soñamos, y así nos fuimos preparando para toda una vida juntos.
Seguir leyendo »Asistimos a un retiro para novios como preparación al matrimonio en el Foyer de Charité, en Cogua, Cundinamarca. ¡Muy recomendado, fue muy especia!l.
Adicionalmente contactamos a un sacerdote amigo que vive en la ciudad de Pereira para que además de presidir el matrimonio, también nos acompañará en nuestra preparación y como pareja.
Hicimos una serie de preparaciones entendiendo muy bien lo que significa el matrimonio y los compromisos que cada uno debía hacer consigo mismo y con el otro.
Sabiendo que lo más importante para los dos era recibir la bendición de Dios sobre la decisión que cada uno tomaba de unir su vida al otro en matrimonio y formar una nueva familia, íbamos a cuidar especialmente los detalles de la celebración en el templo.
Escogimos las lecturas y los sacerdotes que nos acompañaran concelebrando.
En seguida, lo primero que pensamos fue en el presupuesto, luego pensamos en el lugar, y también en el tipo de fiesta que queríamos, los invitados que queríamos nos acompañaran, y en fin, lo demás se fue desarrollando en el camino.
Claramente no podríamos organizar todo esto nosotros solos, por lo que contamos con el gran apoyo de mi familia.
Mi hermana y su esposo, son nuestros padrinos y mi sobrino de 4 años y medio, nuestro pajecito.
Por las referencias de amigos y familiares llegamos a buscar y encontrar los proveedores perfectos para nosotros, entre ellos la organizadora de bodas y decoradora (María Elvira Lipnik – Trazia S.A.S.), el fotógrafo (Christian Cardona – Xpress Books), el peluquero (Victor Hugo Franko), el vestido de novia, el del novio, el del pajecito y el de la madrina (Marcela Herrera) y los zapatos de la novia (Jorge Ramírez).
También fueron de gran ayuda los sitios web especializados en matrimonios como www.matrimonio.com.co pues a través de ésta web logramos contactar varios posibles proveedores y finalmente de allí salieron los proveedores de lugar (Hacienda San Rafael), de tarjetas (El Cedro), buzón lluvia de Sobres (Laser Carft), y argollas y anillo (Trimooni).
Tuvimos la gran bendición de contar con muy queridos amigos que además nos acompañaron con música en vivo, desde la capilla, pues contamos con Union3, a la salida de la Eucaristía, contamos con Sebastián López tocando saxofón, y como mi esposo es músico, cantó y tocó para todos junto con varios de sus amigos músicos.
Escogimos a uno de los proveedores de catering que nos sugirió la Hacienda San Rafael, Pedro Florian, excelente chef, él y su equipo nos atendieron muy bien y presentaron unos pasabocas, jugos, punto de café, y comida, maravillosos y deliciosos.
Mi papá escogió para el brindis Champagna, Viuda de Clicquot y también el resto de bebidas alcohólicas, y fue quien lideró el brindis.
También nuestro querido amigo fray Jonatán (franciscano) tuvo a bien compartir unas hermosas palabras muy sentidas para nosotros y todos los que estábamos allí presentes, durante un emotivo momento de consagración a María Santísima en el jardín de la Hacienda, donde a ella le entregué mi ramo de novia.
En fin con todos esos amigos, familia y proveedores logramos un día inolvidable, no solo para nosotros los novios, ahora esposos, sino para todos los asistentes.
Como detalle muy especial, tuvimos unos visitantes de fuera del país, como mi esposo es chileno, su mamá, hermana y cuñado, viajaron desde Santiago de Chile a acompañarnos, y la pasamos muy bien junto a ellos y ellos con todos, añadiendo que además que tuvieron un acercamiento a la cultura colombiana, pues en lugar de los nuevos esposos bailar el tradicional vals, decidimos bailar la tradicional cueca chilena y la tradicional cumbia colombiana, fue un momento muy divertido.
Un par de semanas antes, tuvimos una sesión de fotos preboda en un lugar increíble en Bogotá, en la Estación de la Sábana. Ya sabíamos que íbamos a tener unos recuerdos bellos y muy bien logrados, pues con lo que habíamos visto del trabajo de nuestro fotógrafo, nos sentíamos más que felices.
El sábado 9 de abril comenzó muy temprano para mí, pues la celebración de la boda iniciaba a las 12 del mediodía, y tenía que estar en el salón de belleza muy temprano.
Amanecí muy feliz y dentro de todo el ajetreo del día, tenía mucha paz, sabía que todo iba a salir bien.
Ya en el salón de belleza me esperaba nuestro amigo Camilo, quién nos regaló el video previo a la boda y el video de la boda.
Comencé a arreglarme y al salón de belleza llegó el fotógrafo con su asistente, y mi mamá y mi hermana también a peinarse y maquillarse.
De allí salimos con el camarógrafo, fotógrafo y mi mamá hacia la Hacienda para continuar con la preparación y ponerme el vestido y por supuesto tomar más fotos.
Allí estaba mi novio también preparándose junto a su familia, claro, en otro lugar de la Hacienda para no vernos antes de entrar a la Capilla.
La decoración de la Hacienda estaba hermosa, las flores, los arreglos, manteles, platos, recordatorios, carteles en las mesas, la mesa de postres… y ni qué decir del jugo de fresa con lyches y la empanada de queso que probé de la serie de pasabocas para ofrecer, estaban deliciosos.
Al llegar mi familia, mi papá, mi sobrino y cuñado me alegré mucho… fueron los primeros que vi antes de ir hacia la Capilla.
Después al salir para la capilla empecé a encontrarme con más personas invitadas y ya la emoción estaba brillando por todos lados, alcancé a ver mi futuro esposo esperándome a la entrada de la capilla, ya que por el tamaño de la misma, debimos recibirnos antes de entrar y entrar juntos.
La música, los sacerdotes, las sonrisas de amigos y familiares y la mirada de mi futuro esposo, me llenaron el alma, sentía el Amor, Dios mismo manifestado en ese momento en todo. Realmente un momento sublime.
Toda la Eucaristía fue una emoción increíble! Las lecturas, la homilía y profundidad de las palabras del sacerdote que conmovieron a todos, la música y la unción.
Los votos, las argollas, la comunión, lágrimas de alegría y plenitud rodaban sobre mis mejillas, y al final abrazos, felicitaciones, fotos y puro amor por todos lados.
Salimos a tomarnos fotos, a brindar, a consagrarnos a María Santísima, a escuchar las palabras de nuestro amigo fray Jonatán y enseguida a almorzar.
El almuerzo estuvo compuesto por una entrada de ceviche de camarón, corvina y cangrejo, seguida por un Sherbet de lulo, el plato fuerte era o/y filete de salmón, lomo de carne, espárragos y arroz salvaje, acompañado por vino tinto o blanco, Frontera de Chile.
Los mini postres estuvieron a cargo de la pastelería Joyce, y debo decir que causaron sensación tanto en su presentación como en su sabor.
Tuvimos música y show en vivo, palabras de agradecimiento y bailes típicos y luego se abrió la fiesta con DJ con un poco de baile para todos, inclusive se repartieron cotillones y nos divertimos todos en la pista de baile.
Nos acompañó un DJ que nos habían recomendado, pero, creo que fue el único lunar de la fiesta, pues no nos fue tan bien con él, aunque la música grabada, fue poca, fue más la música en vivo.
Teníamos el tiempo marcado y planeando terminar a las 6 p.m. finalmente nos alargamos una hora más.
Entregamos unos recordatorios que se habían colocado en las mesas, eran unas pequeñas plantas llamadas suculentas sembradas en baldes de aluminio.
Finalmente todos salimos y junto a mi esposo fuimos nuevamente a darle gracias a Dios en una Capilla del Santísimo antes de ir al hotel que teníamos separado para la noche de bodas.
Espero que junto a mí, al leer ésta crónica, puedan sentir la alegría de un tiempo muy especial como lo es la celebración de una boda donde prima el Amor, como fue la nuestra. Y donde todos al despedirse y felicitarnos nos decían que quedaron maravillados con todo, con tanto amor.
Les compartimos algunas fotos logrados por nuestro maravilloso fotógrafo.
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