El matrimonio de Manuel y Marcela en El Rosal, Cundinamarca

La crónica de nuestro matrimonio

No hay palabras para describir tanta emoción nervios y desespero juntos. No solo de ese día tan añorado y esperando, sino de la semana como tal, haciendo todos los preparativos que hacían falta.

Sentimos que el tiempo no nos daba oportunidad y nos tocaba posponer alguno de ellos para el día siguiente. Los nervios ya se empezaron a sentir desde el día viernes 24 que nos llegó preparativos de mesas de postres y demás. Ya para la gran fecha fue un madrugue para cortes de cabello, maquillaje, peinados, día de spa completo, y ya camino a Casa Aragón un lugar espectacular.

Cuando llegamos tenían casi todo preparado, faltaban detalles que el novio se encargó de todo y quedó perfecto. Mientras tanto yo esperando en la habitación para hacer el cambio de ropa y ponerme mi vestido, al cabo de unas horas empiezan a llegar los invitados, pero las personas principales no llegaban. Lastimosamente, el bus se había parado a pocos kilómetros del lugar. Después de unos sufridos 40 minutos llegaron y se pudo dar inicio a todo.