El matrimonio de Wilson y Cielo Marcela en Subachoque, Cundinamarca

La crónica de nuestro matrimonio

Fue un día lleno de emociones, felicidad, nervios, nostalgia, mucho amor. Llevábamos planeándolo desde hace aproximadamente 6 - 8 meses desde la fecha en la que mi prometido (hoy mi esposo) me pidió matrimonio.

Nuestras mamás nos acompañaron durante todo el proceso y finalmente llegó el día: desde temprano empezamos junto con mi mamá y mi madrina a arreglarnos. Nos maquillaron y nos peinaron (quedamos preciosas). El padre se tardó en llegar.

Llovió desde que nosotras llegamos a la hacienda, pero increíblemente salió un sol precioso justo para iniciar la ceremonia. Fue muy emotiva, con el padre Salomón Bravo, un padre que conocíamos desde hace muchos años (sobre todo la familia de mi esposo). Entonces fue muy cercana a nuestra realidad.

Posterior la cena, el DJ, el compartir con la familia y nuestros amigos. Las fotos con todos que nos quedarán para nuestros recuerdos por el resto de nuestras vidas. Siento que casarse con el amor de la vida, con el mejor amigo, con la persona con la que compartes un plan de vida en común y con quien sientes que puedes crecer y confiar, es uno de los regalos más preciosos que Dios me pudo haber dado.