El matrimonio de William y Helen en Medellín, Antioquia

La crónica de nuestro matrimonio

El día de mi matrimonio realmente fue mi gran día.

Los días previos dormí muy poquitas horas, pero el día anterior al gran día dormí como un bebé. De hecho, me desperté super tarde, la ceremonia fue a las 10 am, mi maquilladora llegó a las 6am y yo apenas me estaba bañando, gracias a Dios fue muy paciente y el tiempo nos dio perfecto.

Como saben noviembre es de mucha lluvia, pero ese día estuvo perfecto. el sol salió en su máximo esplendor hasta las 4 pm más o menos (casi hasta la hora que duró la recepción-almuerzo).

Me gocé cada momento, el baño, el desayuno, mientras me maquillaron, me peinaron, todo lo que me consintieron ese día. La ceremonia, las fotos, excepto la comida (realmente la emoción no me dejó comer lo que esperaba)

Estuve muy tranquila hasta que llegó la hora de salir de la casa. Les cuento que cuando iba saliendo de la casa con mi mamá y mi papá empecé a acumular sentimientos encontrados (enamoramiento, nervios, ansiedad, nostalgia de dejar mi casa, felicidad por mi gran día y mi nueva vida). Increíblemente llegué a la iglesia a las 10:00 a.m., casi nunca llego puntual a ningún parte, todos estaban afuera de la iglesia, incluido el Padre, así que los puse a correr.