El matrimonio de Wilderman y Paola Andrea en Sabaneta, Antioquia

La crónica de nuestro matrimonio

¡El día es el día! Jamás imaginé que pudiera sentirme tan princesa. Sientes mucha ansiedad, pero es tanta la alegría y la emoción que nada puede arruinarlo.

Nos levantamos muy temprano, él se fue a la hacienda la Extremadura a arreglarse y me quedé en casa en sección y maquillaje, sudaba, y tenía mucha tensión, mi familia por toda la casa a la expectativa, una cosa aquí, otra allá y se llegó la hora de vestirse, fue maravilloso cuando salí del cuarto vestida y mi familia solo me veía sorprendida y llenándome de halagos y sonrisas. De camino al lugar solo podía pensar en él, en su cara cuando me viera y que sería uno de nuestros mejores momentos.

Tocar la puerta en la iglesia fue el toque personal, un toc, toc, toc, muy sonoro hizo que la gente se relajara y al abrirse la puerta OMG ahí estaba mi amor, con una sonrisa hermosa, los ojos aguados, hecho un papasito, repetía y repetía lo hermosa que me veía, caminamos al altar y esa tarde nos unimos conscientes de nuestra imperfección y con el corazón lleno de amor para caminar juntos lo que Dios nos permita vivir.