El matrimonio de Vidal y Rebeca en Barranquilla, Atlántico

El notario inició la ceremonia, firmamos documentos, intercambiamos votos; cuando llegó el momento del intercambio de anillos, mi ahijada (quien los llevaba) no quería entregar la almohada, fue un momento gracioso. Sellamos nuestra promesa, al mejor estilo de cuentos de princesas, con un beso de amor eterno.

Tuvimos una sesión de fotos, hasta que llegó el momento del brindis. Mi papá dirigió unas emotivas palabras, tuve que aguantar las lágrimas para que no se corriera mi maquillaje (el glamour, ante todo). Luego el vals: bailamos "A thousand years". Debo confesar que no tuvimos tiempo para practicar, pero nos salió genial. La gente creyó que practicamos durante horas, pero todo fue improvisado. Cuando vi el baile en el video de la grabación, ni yo misma lo creía. Después si bailamos el clásico vals con todos los asistentes, amigos y familiares. No veía la hora en que se acabara, estaba cansada.

Antes de la cena, tuvimos una presentación de mariachis, soñaba con ellos y aunque el presupuesto al final se nos quedaba corto, mi novio decidió no dejar de cumplir mi sueño y darme la serenata. Luego inició el buffet, la verdad no comí mucho, no tenía hambre y estaba más preocupada porque todos estuviesen disfrutando que del hambre. Después en la hora loca llegó el grupo de millo. Bajamos a buscarlos y entramos disfrazados con traje típicos del carnaval: mi esposo iba de monocuco y yo vestida de garabato. Bailamos hasta decir no más, nos gozamos esa fiesta hasta el final y nuestros invitados aún más.

Gracias a la aplicación de matrimonio.com.co por ayudarme en la organización de mi boda (invitados, mesas, gastos, etc), a los proveedores maravillosos que encontré en la aplicación que ayudaron a hacer realidad mi boda por siempre soñada.