El matrimonio de Simon y Cristel en Santa Marta, Magdalena

La crónica de nuestro matrimonio

Fue una aventura muy bonita. Todo empezó a las 8 am de un sábado, sentada en el borde de mi cama, acompañada de mis dos hijos y mi amado esposo. Sabía que el día iba a estar largo, las emociones eran tantas que a veces no sabía cómo encontrar mi equilibrio. Soy samaria, soy tranquila y muchas veces despreocupada de la situación, pero no hoy. Para mi esposo, la organización y puntualidad son lo primordial. A las 12 del mediodía comienzo a prepararme, maquillaje, peinados y demás detalles. A mi lado, mi esposo e hijos, mi madre, padre, hermanas/os, y luego damas de honor, cuñadas y tías, ¡ufff, mi casa era un descontrol, ja, ja, ja! Pero por primera vez en mi vida estaba lista a tiempo a las 15h45, pues la ceremonia era a las 16h.

Pero nunca faltan los inconvenientes, mi chófer no llegaba, llegué tarde a la iglesia 30 minutos, el sacerdote impaciente y la novia muerta del estrés. Al final todo salió bien, nos casamos, gracias a las personas que te aman y que tú llamas familia y amigos. Cada detalle es una pieza clave para que al final digas "fue la boda de mis sueños". Conté con la presencia del mejor fotógrafo, que capturó e inmortalizó los mejores recuerdos de esta historia de amor, gracias Pablo Mejía.