El matrimonio de Sebastián y Natalia en Yarumal, Antioquia

La crónica de nuestro matrimonio

Todo salió de maravilla, fue un día muy planeado, muy soñado y en donde Dios tuvo el completo control. La boda se realizó a las 2 p.m., me levanté muy temprano, comenzaron organizando mi cabello, luego el maquillaje, tomé un buen tiempo para desayunar y me tomaron las fotos. Aunque por un momento estuvimos en el mismo lugar, fue divertido escondernos el uno del otro para no arruinar la sorpresa entrando al altar.

Almorcé muy poquito porque me apretaba un poco el vestido en la cintura ja, ja, ja, cuando se llegó la hora de salir comenzaron los nervios de saber que sería el centro de atención toda esa tarde. Sin embargo, me sentí tranquila cuando llegué, sabía que él estaba solito allá adelante y quería ir a acompañarlo. Me bajé del carro, comencé a acomodarme bien el vestido, tomé de gancho a mi padre y todo fluyó como se había planeado. Fue una ceremonia hermosa, con enseñanzas muy bonitas de lo que Dios había establecido para el matrimonio. Luego realizamos unos actos simbólicos super especiales sobre nuestra unión, firmamos el acta y llegó el momento del beso, posteriormente comenzamos a saludar a todos los invitados y a tomarnos fotos con ellos.