El matrimonio de Sandra Castillo y Jesus Venegas en Barranquilla, Atlántico

Dieron las 12 del mediodía y empezaba un tiempo de agua lluvia que se veía venir así que empezaron los nervios, el estrés a hacer efecto en mí, pero bueno me tranquilicé y pues se mandó el agua así que sólo tenía para decir ese día “Gracias señor porque tus obras son perfectas”.

Decidimos que cada uno salía de su casa y como pues yo estaba sola en la ciudad yo decidí buscar a mi amiga que de hecho fue nuestra wedding planner. En casa de mi amiga llegaría quien me arreglaría, maquillaría y demás ya que mis damas venían directamente desde Cartagena con las personas de mi familia que venían.

Cuando de repente escampó como a eso de las 2pm esperamos a que llegara la maquilladora y estilista y empezó a llover nuevamente. ¡Dios! mi estrés empezó de nuevo y la preocupación porque ya se hacía tarde y las horas corrían rápido. Después escampaba y serenaba y así paso toda la tarde hasta que por fin llegaron las personas esperadas. Nos entró un alivio.

De mi esposo en ese instante no sabíamos nada. Cuando estuve lista miramos el reloj y ¡sorpresa! ya eran las 6pm. Empezó el desespero y la ansiedad, mi corazón empezaba a latir mucho más rápido, creo que estaba asustada y no sabía por qué.

Los celulares empezaron a sonar, mi esposo empezó a desesperarse, pensó que me había arrepentido, cuando ya por fin íbamos en camino aún serenando llaman a decir qué pasaba, por qué nos tardábamos tanto ya mi familia, las damas, las pajesitas todos estaban allá y yo aún no llegaba.

En el camino me decían mis amigas que por qué estaba tan callada si yo hablo y bastante y empezaron a reírse pero confieso que estaba muy nerviosa y la incertidumbre de saber que una de las persona más importantes no estaría allí y era mi madre. Mi papá murió hace algunos años atrás, pero bueno no todo fue tristeza, una hermana de mi mami, es mi otra mamá, ella sí me acompañó hasta el final.

Cuando al fin llegué ya estaban todos allí esperando a la novia, mi hermano quien me entregaría estaba ansioso y asustado.

Mi amiga empezó a organizar a todas las damas, las pajes y demás que entrarían conmigo al salón, porque todo se realizó en el salón. Cuando abren la puerta del carro yo estaba inmóvil y quería llorar y me dice mi amiga: “no vas a llorar, es tu día” y no había ella terminado de hablar cuando ya estaba yo en su hombro, llorando.

Mi hermano cuando me vio también se puso a llorar y cuando miro a mi alrededor estaban todos llorando. ¡Dios! En ese momento no pensaba pero ahora solo pienso y digo ¿era un día feliz o triste?

Cuando voy entrando al salón escucho una canción, Hija de Abrahán Velásquez, siempre la escuchaba y decía ojalá y mi papá estuviera aquí para que me la cantara en el día de mi boda. Cuando alzo la mirada veo a mi esposo cantando la canción y pues allí sí fue inevitable contener las lágrimas así que ¡a llorar se dijo!

El momento era hermoso y conmovedor yo veía a toda mi familia amigos y demás llorar como niños. Cuando mi hermano me recibe me dice al oído ¿qué crees tú que le puedo decir a Jesús cuando te entregue? Y yo, ¡no sé! Y fue muy cómico, yo veo el video y lloro, río, no sé.

Cuando mi hermano entrega mi mano a mi esposo le dice " aquí te entrego a mi hermana" y se posó en su hombro a llorar, fue tan tierno.

Después de los votos matrimoniales, ¡wow! La gran sorpresa que mi esposo no se esperaba pero se la imaginaba. Mi canción para él y para mi también hubo canciones dedicadas en medio de la ceremonia.

Después de la ceremonia mi familia me cantó muy lindo el feliz cumpleaños. Todo fue como lo soñamos y esperamos, gracias al Dios y al Cristo que vive por los siglos de los siglos.