El matrimonio de Rodrigo y Laura en El Rosal, Cundinamarca
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R&L
05 Nov, 2016La crónica de nuestro matrimonio
Hola a todos, pensé que organizar una boda sería más sencillo, pero no, y menos cuando llegó el día tan esperado.
Mi boda fue a las 4:30 pm, pero desde las 6:00 am ya estaba lista para empezar con el corre corre del día. Tuve que acompañar a la pajecita al salón de belleza para que estuviera lista, también mi abuela, mi mamá y mi hermana; a mi me arreglarían en el lugar de la ceremonia para evitar cualquier inconveniente con mi maquillaje o peinado.
A las 10 am ya estaba en camino a recoger a mi estilista para ese día, aclaro que como es normal en Bogotá, el tráfico estaba bastante complicado teniendo en cuenta que ese fin de semana era un puente festivo y todo el mundo iba saliendo de la ciudad a disfrutar de su fin de semana; a las 12pm estaba ya llegando a la hacienda junto con mi mamá, abuela, hermana, pajecita y estilista y comenzamos con el peinado y maquillaje.
Mi matrimonio sería al aire libre, y durante toda la mañana hizo un frío terrible en la hacienda, y habían unas enormes nubes grises, lo cual me generó una gran sensación de nervios e impotencia de pensar en que cayera un aguacero y la ceremonia se viera alterada, pero en fin, mi confianza estaba puesta en Dios y esperaba un hermoso y azul cielo para mi ceremonia. Todo esto lo pensaba mientras me estaban maquillando y peinando.
Seguir leyendo »Aparte de eso, tenía otra gran fuente de nervios y preocupaciones porque habíamos dispuesto un bus para movilizar de ida y regreso a nuestros invitados. El bus estaba programado a una hora y lugar determinados y el conductor no aparecía por ningún lado: llamadas, chat, mensajes de texto, y mil formas más, y este señor no aparecía (que horror, quería morirme), y además de eso, todos los invitados que estaban en el sitio esperándolo, tenían desesperado a todo el mundo llamando y averiguando qué pasaba con el transporte. Pensé que no llegarían a la boda, cuando por fin apareció y recogió a todos. Finalmente confirmé que la mano de Dios estaba en cada detalle de mi matrimonio, pues si el señor del bus no se hubiera retrasado, mi hermanito (suboficial del ejército) no habría podido llegar a mi boda a tiempo ya que había salido de permiso al rededor de las 12 pm y estaba que corría por Bogotá para llegar.
Cuando ya estuve lista, escucheéla voz de mi futuro esposo llegando a la hacienda (nervios, nervios, nervios), ya había llegado también un montón de gente y todo el mundo quería meterse a mi cuarto a verme (¡qué chismosos!), luego llegó el bus con el resto de invitados y ya todos estaban listos, excepto el pastor que no había llegado aún (¡oh por Dios!). Llegó por fin a las 4:30 en punto gracias a Dios y todos se dispusieron a empezar.
Para esa hora, el cielo estaba completamente azul y el sol había salido, así era como esperaba que fuera ese día y papito Dios nos lo regaló.
¡Lista! Salí de mi habitación por la parte de atrás, estaba listo mi carruaje, nos subimos mi abuela, mis pajecitos y yo y comenzó la marcha nupcial. Entramos a la ceremonia y mi futuro esposo estaba hermoso y elegante, allí esperándome junto a su mamá. Todo el mundo estaba encantado con mi carruaje porque parecía un cuento de hadas y yo en lo único que podía pensar era en lucir linda, y en no enredarme al caminar.
Mi abuela me entregó, mi suegra me entregó a su "tesorito" y entramos de gancho al altar. Nos quedamos de pie, hicimos una oración y comenzó la ceremonia. El sermón fue muy acertado, breve y conciso; todos nuestros invitados quedaron felices.
Mientras decíamos nuestros votos matrimoniales, se me encharcaron los ojos y se me entrecortaba la voz. No podía creer que ya estuviera viviendo ese momento (¡qué felicidad!). Cuando terminó la ceremonia, salimos entre un montón de aplausos y burbujas, nos dispusimos a tomarnos fotos con todos los invitados, luego ellos a comer deliciosos pasa bocas y nosotros a nuestra sesión fotográfica antes de que se nos fuera ese cielo azul.
Después de esa sesión, entramos a la recepción con la canción de fondo "Enamorada de Pedrina y Río" y todos en sus mesas nos recibieron con aplausos. Nuestra maestra de ceremonia nos iba coordinando y presentó nuestro primer baile como esposos. Bailamos "All of Me de John Legend" con una coreografía súper improvisada que habíamos ensayado un par de días antes sin ayuda de nadie, un par de vueltas, y cositas para que se viera bonito. Luego de aplausos siguió el vals en el que compartimos como esposos y también con nuestros padres, hermanos, y amigos.
Mientras tanto videos, fotos y más fotos. Luego llegó el brindis, donde nuestros padres nos desearon grandes bendiciones para nuestro matrimonio. Chocamos y cruzamos nuestras copas y a comer pastel. Luego bailamos un rato, y celebramos nuestra boda con todos y llegó otro de los momentos esperados: La rifa del ramo de la novia y del azahar del novio. Para mi ramo, usamos el jueguito de los lazos atados al ramo, pero que el que está bien atado es uno de los lazos solamente. Todas mis solteras comenzaron a halar sus lazos y ¡oh sorpresa! el ramo se lo llevó la novia de mi primo y a ese hombre casi le da un patatus.
Para el azahar jugamos con los cinturones de todos los solteros metidos debajo de mi vestido, y mi esposo iba sacando de uno en uno sin ver, y el cinturón #3, sería el afortunado de llevarse el azahar y así pensar en matrimonio. Se lo ganó un amigo de mi esposo, más conocido como Yei Yei, quien irónicamente es el más desjuiciadito.
Después de esas risas y de entregar los cinturones pendientes, nos sirvieron la cena y charlamos con nuestros amigos. Todos aprovecharon para tomarse más fotografías con la decoración de la boda, charlar y hacer nuevos amigos. Al rededor de las 9pm mi esposo y yo empezamos a despedirnos, les dimos agradecimiento a todos por hacer parte de ese momento tan especial, y con nuestra cajita de regalos que no podíamos dejar, nos fuimos para nuestro apartamento, el resto a su imaginación.
Salimos en el carro de mi ex-jefe, un hermoso clásico Chevrolet 1951, para cerrar con broche de oro nuestra boda.
¡Así comenzó nuestra historia!
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