El matrimonio de Ricardo y Jenny en Bogotá, Bogotá DC

La crónica de nuestro matrimonio

Hola chicas, les cuento que hoy completó una semana desde que fue nuestra boda. Les cuento que mi día empezó muy temprano, a las seis de la mañana ya estaba saliendo del edificio donde vivimos y me dirigía a la casa de mi mamá, sitio donde me arreglarían. Empecé con nervios y ansiedad, tanto que no pude probar bocado de desayuno. La estilista llego a las siete de la mañana y comenzó su trabajo. A las 8:30 llegó la diseñadora del vestido, quien fue la persona encargada de ayudarme a vestir para que no se perdiera ningún detalle y quedará todo bien. A las nueve de la mañana me llamó el conductor del carro que nos iba a recoger diciéndome que se demoraba diez minutos más de lo planeado, pues estaba en un trancón, nada de nervios, sé cómo es Bogotá un sábado. A las 9:15 salgo de la habitación de mi mamá, vestida y maquillada. Mi madre apenas me vio se puso a llorar, y eso que me casé por lo civil hace cinco años, bueno la emoción del momento. Mi amorcito y yo nos íbamos en el mismo vehículo, pues en agüeros no creemos, además íbamos a hacer una sesión de fotos antes de que llegarán todos los invitados y poder disfrutar de todos los ambientes solos, lo que me pareció una excelente idea, pues después no pudimos volver a tomarnos fotos con nada, porque los invitados estaban muy emocionados. Mi organizadora me entrega el ramo con la foto de mi papá y ahí lloré porque estaba hermoso. Entramos al salón de recepciones y estaba hermoso, justo como lo habíamos soñado. Alguna vez había visto que los pasteles desnudos y me encantaron, pero se me olvido cuando estábamos escogiendo el de nosotros. Sorpresa, cuando llegamos al salón y la planeadora nos dice que nos tiene una sorpresa y es el pastel, me puse súper feliz, no lo podía creer.