El matrimonio de Norberto y Angie en Cota, Cundinamarca

La crónica de nuestro matrimonio

Fue un día mágico, cada detalle de la boda fue único. Los nervios y las emociones fueron muy positivos antes de llegar al altar. Desde muy temprano cada detalle preparado para llegar al lugar fue maravilloso: mi arreglo, mi vestido, el arreglo de mi esposo y, finalmente, ¡la salida hacia el lugar era emocionante! Nuestras familias estaban felices y también emocionados.

Al llegar al lugar e ingresar hasta el altar, mi esposo y yo sentíamos miles de emociones y solo las demostramos con lágrimas en nuestros ojos. Nuestros pastores hicieron una ceremonia hermosa, maravillosa y significativa, quedó en nuestros corazones por siempre.

Al salir del altar, tomados de la mano, parecíamos niños pequeños: reíamos, temblábamos, pero la emoción y felicidad eran una sola. Y bueno, tampoco se quedan atrás los momentos de celebración: el primer baile nuestro, la comida, el ponqué, la rifa del ramo y la liga, la rumba, el brindis, la hora loca. Todo fue encantador, ¡lo disfrutamos al máximo! Mi esposo me dio una hermosa sorpresa: ¡me canto una canción! Fue maravilloso, me sentí como una verdadera reina. Fue un sueño hecho realidad.