El matrimonio de Nico y Kathe en Envigado, Antioquia

Me coloqué mi vestido, me ayudaron con los zapatos, el velo, los accesorios, ya estaba lista… Escuché cuando llegó mi esposo con su familia, no lo había visto desde el día anterior, pero fue solo escucharlo y mi corazón se puso a mil. Mientras seguía la espera para que comenzara la ceremonia la fotógrafa me tomó algunas fotos. La ansiedad y la emoción es tal que minutos antes de la ceremonia no había caído en cuenta que no tenía mi ramo. Si no es por el organizador que me lo entrega creo que no lo hubiera tomado. Por fin comenzó, el maestro de ceremonia hizo la presentación del pastor y después de mi esposo, ahí pensé se me iba a salir el corazón, ¡cuando hicieron la mía! Debía bajar por unas escaleras, con ramo en una mano, levantar el vestido con la otra para no caer, nervios a mil… mi mamá esperándome, comenzó a sonar la canción, comenzamos a caminar y vi a mi esposo a medio camino con su mamá sonriéndome. Por fin estábamos de nuevo juntos.

La ceremonia fue demasiado hermosa, las palabras del pastor, la importancia de la vida en matrimonio… ¡De pronto se fue la luz! Pero estábamos tan atentos a la ceremonia que todo siguió como si nada, llegó el momento de los votos no aguanté más y las lágrimas comenzaron a salir. Nos pusimos nuestros anillos, ¡recibimos la bendición y nos declararon esposos!

Ya que todo se hizo en un mismo lugar, pasamos a la recepción, pero antes una sesión de fotos solos con mi esposo, volvimos al salón, hicimos el brindis, compartimos con todos, sirvieron el almuerzo. Antes de la ceremonia tenía mucha hambre, pues había desayunado muy temprano, pero como estaban tan feliz con todo no fui capaz de comer, se me quitó el hambre a pesar que estaba delicioso, así que mi esposo comió por los dos. Después otra sesión de fotos, con los grupos familiares, con los amigos, ver a la familia y amigos allí fue lo mejor, muchos que venían desde otras ciudades y países…, ¡volvió la luz! Como fue en el día y el salón bastante iluminado no fue de gran importancia no tener electricidad, hasta la música en vivo fue espectacular…

Llegó el momento de entregar el ramo, no quise lanzarlo así que con mi esposo hicimos una dinámica. Teníamos unas tarjetas con números que entregamos a las invitadas solteras y en unión libre y en mi falda los mismos números. Mi esposo sacó uno al azar, quedó en manos de una gran amiga. Compartimos un rato más con todos, cambié mi vestido y nos despedimos de todos, por fin llegaríamos a nuestro nuevo hogar.

Chicas, disfruten mucho de su GD, así como ya nos han contado otras aminovias, es un día que pasa demasiado rápido así que no lo dejen opacar por pequeños detalles, solo disfruten de compartir con el amor de su vida, de ver a sus familiares y amigos reunidos y de tener la certeza que es la mejor decisión que han podido tomar. Aquí algunas foticos de nuestro GD.