El matrimonio de Miguel Ángel y Sandra Milena en Medellín, Antioquia

Mi estilista se tomó su tiempo porque quedé divina, pero salí del salón a la 2:00pm mi mamá me llamaba desesperada preguntando dónde estaba, yo agarre un taxi y corrí al salón de las uñas para que me la repararan, todos corrieron a atenderme y cuando salía de allá a las 2:30 recordé que había dejado los pétalos en el salón del cabello, !Por Dios y ahora qué hacía¡, le pedí al taxista que mientras subíamos a mi casa se detuviera es cada floristería a preguntar por los pétalos de rosas blancas sin ningún éxito. Llegamos a mi casa finalmente después de una cuenta larga por las paradas y a las 3:10pm, (nótese que en ningún momento de mi relato mencione haberme detenido a comer algo).

Cuando llegué a casa aún no estaba decorado el carro en el que llegaría a la iglesia, así que tuve que ir a hacerlo yo misma ya después de estar peinada y maquillada, mi mami apenas se enteró que no había comido nada, se puso furiosa y comenzó a perseguirme mientras yo arreglaba todo para darme de comer.

Mi mami siempre se preocupa mucho por mi alimentación, luego de terminar el carro y comer algo, una tía me ayudó a ponerme mi vestido y mis tacones mientras mi mama también se vestía, eran las 3:58pm ya todo estaba listo, ya mi tío padrino, que iba a ser mi chofer había llegado pero faltaba alguien sin quien no podía llegar a la iglesia, mi papá, como siempre llegando tarde y mis nervios estaban a punto de hacerme desmayar.

A las 4:05pm yo estaba furiosa y decidí irme sin él, cuando comencé a bajar las escalas para montarme al carro, llegó un taxi y se bajó mi papá corriendo, yo estaba histérica y de un grito le dije "si llego primero a la iglesia que tu entro sola", mi papá sintiéndose culpable corrió muchísimo y llegó antes, me bajé del carro, estaba precioso, mi hermosa perrita y mi hijo (que eran mi pajecitos) estaba esperándome en la entrada y mi esposo divino al lado de su madre esperándome en mita del camino.

Las damas de honor bajaron conmigo del carro y entraron en frente de mi tan hermosas como me lo imaginaba, la música comenzó a sonar y todo resulto como en un sueño, toda la ceremonia transcurrió entre risas y llantos, los invitados estaban felices, aunque solo fue el 60% de ellos, me llovían felicitaciones y bendiciones por doquier, luego todos fuimos a la recepción, comimos, bailamos y la pasamos de maravilla, sin duda este será uno de los recuerdos más hermosos de nuestras vidas.