El matrimonio de Miguel Ángel y Katherine en Chía, Cundinamarca

Para los centros de mesa, utilizamos troncos sobre los cuales colocamos frascos de vidrio con una ramita de árbol que sujetaba grullas de papel que colgaban de un hilo también hechas por nosotros. Dentro del frasco, colocamos papel seda cortado en trozos. Del cielo (literal) nos regalaron telas de seda blancas con luces navideñas que colgaban del techo, dándole un toque romántico a nuestra decoración.

Además, hubo un stand para fotos adornado con rosas, un velo traído directamente de Israel para darle un toque ancestral, y unas luces decorativas de fondo.

Ya cerca del medio día, llegó la persona encargada del buffet y de los manteles y fundas de las sillas para terminar. Me dirigí al cuarto de la novia y Sandra Pareja, maquilladora profesional, con una calidad humana inigualable, además de decoradora ocupándose de toda la parte floral, me dejó tal como esperaba: elegante, preciosa, sencilla y feliz.

En la ceremonia todo estuvo precioso, aunque hubo unas exequias antes de nosotros, lo cual retrasó en 15 minutos la boda. Fueron los 15 minutos más largos que he experimentado. Aun así, todo fluyó con tanto amor y felicidad, que todo el tiempo temblaba de emoción.

Ya al final, recibiendo tanta alegría de las personas, no pude evitar llorar. Cabe aclarar que toda novia tiene derecho a sus lágrimas, ¡son muchísimas emociones! ¡Por favor consideren! De allí nos desplazamos a la hacienda. Fue una velada especial, ya que, como indiqué al inicio de esta crónica, nosotros estábamos al pendiente de todos.

De la cena, de la torta, del brindis, del baile con nuestros padres y luego nuestro primer baile como esposos, de las fotos... de la música. En fin, cada cosa en su lugar. Y cualquiera podría preguntarse, ¿les quedó tiempo para ustedes disfrutar? La respuesta es : sí. Bailamos, cenamos atendimos a todos, hablamos con todos, fue todo como tenía que ser: como las bodas de Caná allá en Galilea. Si alguno tiene curiosidad cómo fue eso, busque en la biblia Juan 2, 1 al 11.