El matrimonio de Mateo y Diana en Sopó, Cundinamarca

Llegó la gran hora, sonaron las campanas de la iglesia, me dieron el aviso de entrar y mi corazón estaba a 1000. Entré junto a mi mamá y mi papá. El coro, que era como de 30 personas, empezó a cantar mi canción: “Can't Help Falling in Love” de Elvis Presley, y mi esposo estaba llorando de la emoción, fue un momento súper emotivo. La misa fue súper, monseñor dio un discurso muy ameno y después de esto nos fuimos para la recepción, que era en Sopó, La Casa de Eventos, proveedor de esta app, un lugar de ensueño. Hicieron todo lo que queríamos: una decoración maravillosa, la comida, la atención… el DJ no lo conocíamos ni tuvimos la oportunidad de hablar antes con él, pero es súper profesional, es el que trabaja con ellos y tiene una energía genial. La fotografía también, maravillosos. Todos los invitados estuvieron en converse un tema que al principio más de uno no le gusto, después me decían que fue lo mejor, ninguna estaba cansada pues las niñas solo en la misa usaron tacones. El baile sorpresa para mi esposo salió espectacular.

Solo puedo decir que ahora sí creo que la perfección existe y ese día fue perfecto, puedo decir que nada salió mal o feo. Si tuviera que volverme a casar lo haría tal cual y con los mismos proveedores. Un consejo para todas es que hagan lo que quieran y como quieran, aunque suene odioso, es el matrimonio de cada uno y los que los quieren de verdad los acompañarán.

¡Les dejo unas foticos no oficiales!