El matrimonio de Luis y Karen en Cali, Valle del Cauca

La crónica de nuestro matrimonio

Mi gran día.

Cómo olvidar este gran momento.

Realizamos junto a mi familia y la de él todo el tema de la decoración. El día anterior fue algo duro, pero valió la pena, estuvo todo listo a las 3:00, bueno faltaban unos pequeños detalles que realizaríamos el día de la boda.

Llegó el gran día y fue una locura, desde la mañana a correr de un lado a otro terminando detalles y uno que otro que no se logró terminar. En fin, consejo para todas: ¡tengan todo listo el día antes!

A las 11:00 estábamos en el salón, nos arreglamos todas en el mismo, de los nervios no logré ni almorzar, sentía que tenía en el estómago al África completo. Me emocioné mucho de ver la primera dama arreglada (mi cuñada), después la mama de mi fe lista y seguí yo, como lo había imaginado. Un excelente trabajo, pero como siempre faltaba alguien, mi segunda dama y nada más que mi hermana. Me fui a la casa donde iniciaría mi sesión de fotos, sentía pena de que todos me vieran y, como no me gustan mucho las fotos, ¡para mi sola peor! Pero no les niego que al final lo disfruté, terminamos las fotos y nada que aparecía mi hermana. ¡Comenzó mi estrés! Pero como solo era colocarse el vestido me tranquilicé, un poco igual la peluqueria era cercana mi ex casa. Llegó a tiempo y emprendimos camino a la iglesia y lugar de recepción, pero como siempre no falta el pero, mi otra dama se puso de rebelde y se fue a arreglar en otro lado, ¡vaya error! Ya estábamos en la iglesia esperando a que llegara cuando nos informa que iba saliendo de la casa y como saben el trancón nunca falta, así que con el dolor en el alma y ante todo el respeto a los invitados decidimos empezar sin ella.