El matrimonio de Luis y Heilen en Guadalajara de Buga, Valle del Cauca

La crónica de nuestro matrimonio

Sobre cómo fue ese día, pues fue un poco loco. Mi boda fue en la ciudad donde vive la mayoría de mi familia, y como he vivido en varias partes, todas mis amigas solo nos pudimos reunir el día anterior a la boda. Así que, si desperté con guayabo el día de mi matrimonio, pero nada que un bonfies, acetaminofén y un gaviscon no pudieran solucionar.

Las primeras horas del día después de sentirme mejor, organizando unos pequeños detalles con mi futuro esposo, la llegada de mi cuñada, el hielo del trago y unos pormenores, nos vimos a las 10:30 de la mañana y ya. A las 11 llegué al local de mi estilista que me aplicó un montón de tratamientos y luego mis rulos desaparecieron.

En el salón recibí al equipo de fotografía, eran 5. Sí, decidimos invertir un buen dinero en fotografía, a la final de todo te queda los recuerdos y las fotografías y videos. Luego almorcé, me di un baño, la mascarilla y la fotografía en toalla que no podía faltar. Eran las 14:30 y estaba un poco nerviosa de todo, de que estilista no llegara, que los invitados no supieran cómo llegar, en fin, los nervios llegaron, pero se solucionaron con unas gotitas de valeriana que mi padre hermoso me compró. Entre la 13:30 y 15:30 los fotogramas tomaron imágenes de todo, los anillos, el vestido, los zapatos, todo. Mi novio debía pasar por los anillos así que por si entraba de repente a la casa de mi abuela, la puesta estaba cerrada con llave, tal cual princesa