El matrimonio de Kennier y Daniela en Barranquilla, Atlántico

La crónica de nuestro matrimonio

Fue un carrusel de emociones. Así lo puedo describir. La semana antes de la boda, se presentaron problemas con el salón que habíamos contratado. ¿Te imaginas arreglar todo durante un año y que una semana antes no tengas salón? Bueno, eso nos pasó a nosotros. Pero gracias a la responsabilidad de las personas que contratamos, ¡ellos arreglaron todo! Incluso nos consiguieron lugares mejores, y con beneficios extras.

El día de la boda procuramos hacer todo temprano, pero como nada es perfecto, el tráfico de ese día fue un caos, habían protestas y paro de taxis. Eso nos retrasó para llegar a mi arreglo de novia. Cuando por fin llegamos al hotel, la maquilladora estaba ya desesperada, pues obvio, habíamos llegado tarde debido al retraso. Sin embargo, ella fue muy comprensiva, me atendió a mi y a mi mamá como estaba estipulado. pero nos hizo sufrir un poco antes.

Luego estaba mi querido futuro esposo, atendiendo todo de la boda y los invitados,mientras arriba esperábamos al fotógrafo que haría una sesión antes de la recepción. En plena sesión de fotos, el notario llegó antes de la hora prevista, y pum, todos a correr pues la hora del evento se había adelantado debido al notario. Al menos mi esposo y yo, ya habíamos previsto algo así, y citamos a los invitados un poco antes a fin de que llegaran a tiempo. una vez nos organizamos, inició la ceremonia (un dato curioso: Casi nos besamos antes de que el notario dijera; de ahí las risas de la foto de portada).