El matrimonio de Julián y Paola en Girardota, Antioquia
Rústicos Otoño Azul 3 profesionales
J&P
14 Nov, 2015La crónica de nuestro matrimonio
Durante la planeación de nuestro matrimonio estuvimos relajados, hicimos todo con tiempo lo cual ayudó a que fuera de esa manera. Al llegar el gran día, ya los nervios se apoderaban de mí, trasnochada por la sorpresa de mí en ese entonces novio con la hermosa serenata, me desperté temprano ese sábado que sería el día más feliz de nuestras vidas.
Me fui a la casa de mi tía a que me colocaran los "rulos" para irme con ellos puestos a la finca a ultimar detalles y llevar los recordatorios que hice yo misma, me llevó el padrino, el mejor amigo de mi esposo. Llegamos y todo estaba hermoso, tal como lo soñamos, la finca reflejaba ese amor y esa felicidad profunda que teníamos porque había llegado el tan esperado día.
Más tardecito llegó mi tía quien me maquilló y me peinó y con ella mi mamá y mi hermana, ya los nervios estaban encima. También llegaron las pajecitos, estaban divinas, tal como las quería ver, no con el vestido pastel como es la costumbre sino con un toque moderno y colorido. Lo que me tenía preocupada era que no llegaban los músicos de la ceremonia, pero bueno cosas que pasan y al final pudieron estar a tiempo.
Seguir leyendo »El momento de más nervios creo que fue cuando ya estábamos sentados en el altar, porque la entrada la disfruté de la mano de mi hermosa madre que estaba como la reina que es. Debo decir que debido a que mi papá ya no se encuentra en el plano físico, las emociones eran mucho más fuertes, pero me prometí que iba a tratar en la medida de lo posible de no llorar porque estaba segura que él desde donde me estuviera viendo no querría verme derramar ni una lágrima.
Ya en la recepción hicimos el brindis y bailamos Thinking Out Loud, una canción hermosa y emotiva. La cena no quisimos que fuera la típica porción de carne con los acompañamientos, sino que pedimos algo a nuestro gusto, unos crepes de pollo con maicitos en salsa bechamel con queso, con un minicroissant y ensalada de frutas, y la torta también fue a nuestra elección, era una combinación de chocolate con la típica envinada, les cuento que fue un éxito. Luego se nos vino la rumba, parranda vallenata de sorpresa para Juli, pasamos delicioso, la gente super animada, haciendo trencito, la hora loca y al final un ritual de velas en totumos para colocar en la piscina con deseos de los invitados para nosotros, con eso sellamos una noche inolvidable.
El matrimonio es un sueño hecho realidad, algunos dicen que es bobada gastarle tanto dinero a un rato, pero Juli y yo pensamos que vale la pena, porque es un momento de tanta felicidad que uno quiere que todos los que uno ama, lo disfruten igual o más que uno.
“Pero yo te pido, que me prometas Que nunca me vas a dejar de amar Pero yo te pido, que me prometas Contigo es que yo pierdo la razón Con un beso me robaste el corazón”
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