El matrimonio de Julian y Nancy en Bogotá, Bogotá DC

La crónica de nuestro matrimonio

Hay cosas en la vida que solo suceden una vez y como solo suceden una vez debemos disfrutarlas al máximo, tal y como lo es cuando unimos nuestra vida ante Dios con la persona que amamos, desde el momento en que decidimos que uniríamos nuestras vidas todo fue planeado detalladamente, con el fin de que aquel día tan importante fuera el mejor de todos.

Con el temor de que nos lloviera, mi Diosito nos envió un día espectacular fue un día maravilloso e inolvidable para mi esposo y para mí, todo comenzó como a eso de las 6 de la mañana con la llegada de mi hermana mayor y de mi madre la cuales fueron mi apoyo fundamental no solo aquel día si no durante toda la planeación de este gran día.

Cuando llegué al altar donde me esperaba mi exnovio, ahora esposo, si porque la historia es como de película) sentimos que fue un sueño cumplido y un anhelo realizado, a pesar de mi hora y 20 minutos de retraso, aclaro mi retraso fue por culpa del encargado del pastel mejor ni hablar de eso, mejor le doy gracias a Dios y las personas que nos acompañaron en el día más importante de nuestras vidas, a mis damas y caballeros de honor, (mis damas de honor terminaron rendidas y con ampollas en los pies, por eso el agradecimiento es doble) a los que viajaron desde tan lejos solo para acompañarnos en nuestro día, solo me resta decir que Dios es perfecto y nunca se equivoca.