El matrimonio de Juan Esteban y Clara en Bogotá, Bogotá DC
Al aire libre Otoño Rosado 2 profesionales
J&C
29 Jul, 2023La crónica de nuestro matrimonio
Para empezar antes del día habíamos trabajado en un archivo de planeación titulado "Camino Al Altar", así que todo estaba milimétricamente planeado desde 7 meses antes que fue la pedida de matrimonio. Cada semana íbamos revisando los avances, tareas y logros en un comité pro matrimonio. Así fuimos avanzando hasta el día del matrimonio. Fueron quedando listos los trámites, comida, vestido, etc. y nos íbamos apalancando en el cronograma que encontramos aquí en Matrimonio.com.co , de modo que no se nos quedara ningún detalle por fuera. Aunque no hicimos todas las actividades, si nos sirvió para programar todo lo que sí hicimos. Adicional hicimos una programación minuto a minuto para cada uno por aparte para evitar olvidos y detalles importantes. Gracias a esto, todo funcionó bien.
Yo, Clara, estuve en mi casa desde temprano esperando a la peluquera, el ramo, la corona acompañada por una amigo, mi hermano y mi cuñada quienes me ayudaron y estaba tranquila en general, excepto por la corona de flores que no fue lo esperado. Algo cómico fue que al salir, se me escurrieron las medias veladas y gracias a Dios, tenía otras de reemplazo. Para ganar tiempo mi hermano me las puso en el carro y fue muy chistoso.
Seguir leyendo »Mientras tanto, mi esposo Juan Esteban se alistaba en la casa de sus padres con toda la familia: papá, mamá, hermano, cuñada, sobrino y los hijos que llegaron después con Ema la perra. Todos se arreglaron al tiempo con afán pero se divirtieron. El novio al ver que las mujeres estaban demoradas y la hora se acercaba, decidió irse primero a la iglesia junto con los hijos y el papá, con lo que aprovecharon para tomarse fotos, sin pensar que al llegar a la iglesia una hora antes, esta estaba cerrada y tuvo que esperar 40 minutos para que la abrieran.
Los invitados fueron llegando y reuniéndose afuera hasta que abrieron las puertas, así el pudo ver las flores y al coro mientras esperaba inquieto porque el Padre no llegaba y había quedado de llegar una hora antes a confesarlo. Afortunadamente esa misma semana ya se había podido confesar.
Llegó la hora acordaba y el Padre se demoró 35 minutos en llegar. La novia, o sea yo, me iba sancochando en el carro y me iba estresando. La hija de mi esposo calmó los ánimos informando que el Padre venía retrasado pero la novia tenía menos información y más nervios, además porque el Padre es nuestro amigo y era difícil creer que no hubiera llegado a tiempo. Finalmente llegó el Padre, el coro cantó hermoso y la novia llegó de la mano de su hermano. El viento movía el velo y todo se veía algo mágico. La novia hace parte del coro así que el coro cantó todo lo que ella escogió y la acompaño de forma especial, cada uno estaba lleno del Espíritu Santo, fue hermoso. El novio se tranquilizó y todo fluyó muy bonito. Con esto él ahora ofrece asesoría para planear matrimonios ja, ja, ja, y recomienda que las novias les pongan tareas a los novios para que no sean tan relajados y no le dejen todo a ellas.
Al salir nos tomamos fotos con el coro y los invitados mientras intentaban soplarnos burbujas que se iban rápidamente con el fuerte viento. Ya después salimos solos camino al hotel restaurante, nos tomamos unas fotos y nos alistamos para llegar a la recepción, en el mismo sitio del Hotel, decisión muy acertada. Entramos con la música escogida con unas chispitas y estaban todos rígidos esperándonos al aire libre. No esperábamos encontrarlos en fila y poco a poco se fueron relajando. Intentó llover pero Dios nos escuchó y se fueron rápidamente las gotas. Menos mal fue así porque fue todo maravilloso al aire libre, con las flores, las velas y los menús. Algunos dieron unas palabras, luego nosotros, el brindis y todo empezó a ser muy especial. Bailamos, hicimos coreografía con los hijos de Juan, los hicimos reir, animarse, brindar y saltar. Comimos muy rico, desde las entradas, el plato fuerte y los cócteles. Terminamos con la torta que aunque muy sencilla la decoraron especialmente.... estaba deliciosa y ahora que ya cumplimos nuestro primer aniversario nos comimos lo que congelamos de la torta.Al final, nos fuimos a pasar la noche de bodas al mejor cuarto que tenía chimenea, terraza y vestier... no parecía que estábamos en Bogotá, con una vista espectacular desde los cerros orientales. Ya los demás detalles se los imaginarán. Nos despertaron con desayuno al cuarto y nos quedamos ese día a almorzar ¡ahora como esposos!
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