El matrimonio de Juan David y Natalia en Chía, Cundinamarca

La crónica de nuestro matrimonio

Todo empezó muy temprano en la mañana, los nervios inundaban mi cuerpo, fui a casa de mis suegros porque allí esperaría a las estilistas y manicurista. Toda la mañana fue un caos, en medio de maquillaje recibía llamadas, whatsapps y un sin fin de felicidades.

Mi novio corriendo con los últimos detalles y yo cuidando mi maquillaje de las ganas de llorar. Pronto fue medio día y subimos al carro todo lo que necesitábamos para partir al lugar del evento. El tráfico estuvo fatal y llegamos una hora tarde, no pude ver la decoración del lugar y todos los invitados ya estaban allí.

Al llegar al sitio en el que debía colocarme el vestido de novia, el fotógrafo estaba esperando, pronto empezaron las fotos a fluir y mis nervios a subir. Me acompañaban y me recordaban lo felices que se sentían, mientras mi novio en la otra habitación estaba tan nervioso como yo.

Pronto llegué al lugar, estaban mis hermanos en la puerta listos para caminar junto a mí, al fondo mi príncipe azul esperando junto a sus padres. De pronto inicia la canción "Hasta mi final" y heme ahí caminando hacia el altar en medio de oraciones y temblor. No podía dejar de ver a mi novio, era tan especial ese momento que no me fijé en nadie más.