El matrimonio de Juan David y Daniela en Girardot, Cundinamarca

La crónica de nuestro matrimonio

¡Mágico! Ese día solo lo vi a él, solo pensé en él y fui feliz con él. Tan pronto cruzamos nuestras miradas en el altar, nuestros ojos se inundaron de lágrimas y pensamos en lo afortunados que fuimos de encontrarnos el uno al otro. Era tanta mi emoción que los zapatos de 15 cm de alto parecían ser de algodón, mi vestido con una cola de 5 metros se volvió tan ligero como una pluma, el amor era lo único que me mantenía en tierra.

Nuestra boda terminó temprano para nosotros, a media noche salimos como señor y señora a nuestro escape de amor, nuestros invitados siguieron la noche y fueron deslumbrados con todo el amor que profesamos en el altar.

Jamás olvidaré los votos de mi esposo: "mi primera novia, mi primer amor y mi única esposa" con sudor en sus ojos, como él dice. Querida novia, ese día los detalles no importarán, te sentirás la mujer más feliz del mundo solo por tenerlo allí en frente esperando para compartir toda una vida contigo.