El matrimonio de Joseph Miguel y Ana María en Cota, Cundinamarca

La crónica de nuestro matrimonio

El día de nuestro matrimonio fue mágico, todo comenzó desde mi llegada a la hacienda San José a las 10 am. Allí estaba mi peluquero esperándome para arreglarme junto con mi madre, en ese momento era la mujer más tranquila del mundo, iniciamos el proceso hacia un frío loco, pero yo tranquila. Hacia el medio día llegó el novio a la hacienda para hacer las fotos del inicio de la boda, obvio estábamos separados y todo coordinado para no vernos hasta la entrada de la iglesia. Eran la 2 pm y de la mujer tranquila de la mañana no quedaba ni la sombra, los nervios se apoderaron de mí, la cosa más terrible.

Inicié mi sesión de fotos ya maquillada y con mi vestido a las 2:30 pm, temblaba que ni podía reírme y posar bien. Se llegó la hora de ir a la iglesia y los nervios empeoraban, mis piernas temblaban al bajarme del carro, pero allí estaba a punto de comenzar la ceremonia religiosa más espectacular, ver en la mitad de la iglesia al hombre de mi vida con una sonrisa gigante y una mirada llena de amor me tranquilizó y me ratificó nuevamente que era nuestra mejor decisión de vida. Entré a la iglesia con mis padres, dijimos nuestras palabras que, por cierto, aunque nerviosos fueron espectaculares. Transcurrió la ceremonia y a la hora ¡ya éramos los esposos más felices del mundo! Estar allí con nuestros familiares y amigos más cercanos fue muy especial y no nos cansamos de darle gracias a Dios por ese momento.