El matrimonio de José Andrés y María Juliana en Bogotá, Bogotá DC

Ya sobre las 12 llegó mi tía y mis abuelos y procedió el arreglo de mi abuelita. Mientras la arreglaban, llegó mi wedding planner a decirme que faltaba la lista de invitados para ubicarlos, por lo que procedí a hacerla, lo cual me alegra haya pasado, porque mi mente no paraba de pensar en tantas cosas.

Terminaron de arreglar a mi abuelita y procedimos a almorzar, como andaba con las listas, pues obvio casi no almuerzo. En fin, como a las dos, ya que habían maquillado a mi abuelita y a mi tía, procedía que me arreglaran a mí. ¡A esa hora todo el mundo empezó a gritar que el novio llegó! Y yo ahí ya morí. Me senté para arreglarme y estaba super nerviosa, eran tanto en shock que ya ni podía responder a nada.

¡Mi maquillaje fue muy sencillo y hermoso! Me sentía divina y muy nerviosa. Ya ahí me terminé de alistar y a las 4 pm salí para la capilla. Mi novio, por el contrario, casi ni durmió. Él anda tomando un diplomado medio día los viernes, por lo que cuando llegó a casa solo trabajó como hasta las 3 am. Ahí luego se levantó como a las 8 para arreglarse y llevar a su hermana y mamá al salón. Así que él andaba super trasnochado. En fin, no solo debía llevar a su hermana y a su mamá, sino a una amiga peruana, así que ni se imaginan la mañana de él.

Igualmente, sea como sea, cuando llegué a la capilla él era el hombre más guapo del planeta. Su traje era azul y ajustadito que, de verdad, lo único me dio por llorar igual que a él. Casi ni nos hablamos nada, como que teníamos un nudo en la garganta y yo le dije que de verdad me iba a derretir. Me dio el ramo y entramos juntos.

La misa fue inigualable, fue divertida y super amorosa, Dios hizo una ceremonia que reflejaba lo que somos: risas, amor y devoción, fue hermosa.

¡Salimos a las foticos y nos reímos demasiado! Todos se tomaron fotos con nosotros, fueron participes de ese momento y, la verdad, lo disfrutamos muchísimo. Se dio el brunch ¡y al finalizar esa hora le canté! Pensé que lloraría y no acabaría, ¡pero no! Él me dio fuerza para cantarle, fue hermoso.

Luego entramos bailamos “Perfect” comimos, bailamos, nos tomamos muchas fotos, pero más que nada fuimos felices. Recibimos un super regalo: ¡los tiquetes y plan para tener nuestra luna de miel en Cancún! Todos lo pasaron delicioso, bailaron y, en fin, créanme fue un día tan hermoso que no quería que acabara. ¡Les subo algunas foticos!