El matrimonio de John y Yuli en Bogotá, Bogotá DC
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J&Y
25 Jun, 2016La crónica de nuestro matrimonio
Bueno,
Nuestro matrimonio fue una de las experiencias más grande y una de las decisiones más importante que hemos llegado a tomar en nuestras vidas... Desde un inicio fue uno de los sueños tan anhelado, en los cuales se estaba trabajando durante seis meses antes de la gran fecha que celebramos.
La boda se llevó acabo el sábado 25 de junio de 2016, en horas de la tarde en Bogotá, día en el cual se presentaron muchos obstáculos pero junto con la ayuda de Dios, padres, hermanos, familiares y amigos que Dios mismo puso en nuestro camino se fueron solucionando cada uno de ellos de una manera especial como lo fue: tomar bus luego que el carro familiar se dañara, el choque del mismo bus en el que tocó transportarnos para llegar al lugar donde se realizarían los últimos arreglos, sesión de fotos y video, la tardanza en la llegada del vestido del novio al lugar donde él se encontraba, la búsqueda de un vehículo que llevara al novio ya que el que se encontraba disponible y se había asignado se dañado y la pérdida del carro que llevaría a la novia pues no encontraba la dirección en donde ella estaba lista para salir.
Seguir leyendo »Por ejemplo; yo el prometido, debía desplazarme hasta Bogotá para los últimos detalles como fotografías y vestir el traje para la ceremonia; pero en el transcurso el carro de mi padre con el cual contábamos para trasladarnos se varó, mientras recogíamos a una de las pajecitas; por lo cual tuvimos que tomar transporte público para llegar a Bogotá junto con mi madre y mi sobrina quien era la pajecita y por supuesto yo.
Lo más chistoso es que durante el trayecto el bus que nos llevaba se estrelló con otro vehículo donde solo fueron latas, pero el tiempo pasaba es más aclarando que mi mami llevaba dos semanas de pos operatorio de una cirugía que le habían realizado luego de encontrarle cáncer.
Los nervios, el temor, las emociones y sentimientos se mezclaban con los pensamientos, sueños y preparativos que se acercaban. Creo que en medio de estas decisiones tan importantes solo queda avanzar y buscar la manera de sobrepasar los contratiempos y hechos inesperados que se presentan; todo esto lo vivimos juntos tanto ella ósea mi novia actualmente mi esposa y yo su prometido, debido a que nos comunicábamos constantemente por celular para saber cómo nos encontrábamos y mirar que faltaba pero que a la final se convirtió en una sensación que genero un día especial y maravilloso.
¿Especial y maravilloso? Sí, claro que sí; es más podemos decir que fue muy especial y maravilloso a pesar de los percances presentes, pues este día se trabajó mucho más en equipo, en pareja, en familia, en relaciones cercanas como amigos aun vecinos y de aquellas otras personas que nos extendieron su mano para dar cumplimiento a esta gran celebración y unión de dos vidas para y hasta la eternidad.
Fue tan maravillosa, sencilla y tan pero tan especial la boda que las lágrimas, los buenos deseos, las bendiciones, los rostros felices y el ambiente lleno de amor que se generó por cada minuto que paso durante la ceremonia; las sorpresas, las palabras, los compromisos y lo más importante la bendición de Dios, hicieron que este lugar marcara las vidas presentes no solo la de los novios sino también de aquellos que asistieron y participaron donde nos tomaron como ejemplo y un motivo para continuar.
En verdad no es la historia de la princesa que baja de una carroza con caballo blanco en un gran castillo, sino que es la historia de dos jóvenes enamorados de Dios que se respetaron hasta el último día de su noviazgo, que demostraron no solo a sus padres sino que a todos aquellos que tuvieron la oportunidad de acompañarnos de saber que la bendición de Dios es el más alto privilegio que tiene una pareja hombre y mujer para concebir una familia y más cuando hay amor no aquel que ofende, maltrata y menosprecia sino ese amor puro, verdadero y sincero, ese amor que te lleva a sobre pasar las dificultades y engrandecer a la otra persona, ese amor que hace que mueras a tus sueños para que vivan los de tu pareja, aquel amor que es compresivo, paciente y edificante, aquel amor que a pesar de los nuestros errores y diferencias como humanos se sabe llegar a los mejores términos, donde la palabra divorcio ni se piensa ni se mencionan ya que para nosotros en particular este término no es una opción dentro de nuestra relación.
Es de esta manera que invito y motivo a cada mujer, jovencita, varón y jovencito que ha encontrado a su gran complemento a su idónea e idóneo respectivamente a que continúen luchando por su matrimonio aquel que Dios bendijo entre un hombre y una mujer con ese gran llamado y responsabilidad de concebir unos hijos que seguirán nuestro ejemplo y serán un modelo en una sociedad necesitada de amor.
No importa si es en carroza o no, no importa si es el mejor vestido o no, si es la mejor recepción o no, si van todos los invitados o no, si es la mejor lluvia de sobres o no; pues ya se ha dado la mejor inversión de las vidas y es el matrimonio.
Termino diciendo que muchas veces estas ceremonias no son como las películas, ya que se extraña el hogar de los padres y dejar pasar algunas responsabilidades que ellos asumían a cambio de nosotros, el vacío que dejamos a nuestros seres queridos ya que partimos a un nuevo hogar, el saber cómo se extraña aquel cuarto que ella y yo ocupábamos cada uno en nuestras casa.
Pero que al día de hoy seguimos honrando como padres y hermanos; y que durante el tiempo de acoplarnos las bases que se nos fueron enseñadas durante nuestro prematrimonial han sido las que en la práctica nos han levantado y puesto firmes en medio de nuestras diferencias y como no terminar diciendo que el cordón de tres dobleces nadie lo podrá romper porque lo que Dios ha unido el hombre nunca lo podrá separar.
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