El matrimonio de Javier y Wendy en Bogotá, Bogotá DC

Por fin llegó el momento de ingresar al carro de nuevo y llegué a donde debía estar: el altar, junto con mi esposo y mi familia, esperando este momento tan lindo en mi vida y apoyándome para que todo estuviera bien. La ceremonia se realizó con varios símbolos de unión de las almas. Se inició con el símbolo de la luz, en el cual cada padrino y dama de honor entregaban sus deseos a nosotros, los novios. Lo hacen para desearnos lo mejor, ya que este símbolo ayudaría a que así fuera.

Posterior a esto se entregó el símbolo de la arena, después el cordón símbolo de unión de nuestras manos y vidas y, finalmente, la rosa la cual nos ayudará con cualquier problema que tengas en nuestro matrimonio, Quien ofició la ceremonia fue mi padre. Él la hizo aún más especial y nos ayudó con esta ceremonia tan especial que queríamos. Al finalizar, nosotros dimos nuestros votos y unimos nuestras almas hacia la eternidad, tal y como la ceremonia celta lo pide, ya que eso es lo que deseábamos, y se nos dio.

Finalmente, llegó la recepción donde compartimos con todos. Logramos festejar con las personas más allegadas a nosotros y decidimos realizar varias irisadas para que todos se divirtieran y pasaran una noche inolvidable, como sabemos que fue para ellos y para nosotros. Al finalizar nos fuimos al Hotel Cosomo 100 donde nos prestaron el mejor servicio y nos hicieron terminar este día con amor y unión. Agradezco a todos los que hicieron que nuestro matrimonio fuera posible porque sin ellos nada hubiera sido como fue y, sinceramente, fue inolvidable. Es el día más feliz de mi vida y gracias a esto amo cada día más a mi esposo.