El matrimonio de Javier y Franyelis en Turbaco, Bolívar

La crónica de nuestro matrimonio

¿Por dónde empiezo? Una boda soñada por años, planeada en meses, pero que con el favor de Dios durará toda la vida. La planeamos solo los novios, la decoramos los novios (y familiares del novio que nos dieron una ayuda enorme, si ven esto gracias), la comida delicioso, aunque a decir verdad estaba tan al pendiente de todo que ni comí solo la probé. Lo chistoso: Mientras el novio me esperaba listo y ansioso en el altar, el carro donde yo iba se apagó unas... 13 veces... y No, no estoy exagerando.

A la final las damas y yo llegamos en motos de personas que vivían por ahí y decían cosas como: Muchas ganas de casarte muchachas. ¡Yo por dentro... yes definitely, yes, pero en vez de ponerme nerviosa todo eso, me dio mucha risa, lo único es que los invitados esperaron mucho.

Lo malo: ¡El mismo día de la boda el transporte del mobiliario perdió manteles, velos y demás telas de la decoración y nunca respondió por ello (creemos que fue un robo, porque en el camino no se encontró y no es un lugar comúnmente transitado, etc)! Tocó re-alquiler todo, pagar por eso y el nivel de estrés horas antes de la boda ufff. ¡Pero siempre hay solución no se preocupen y contraten wp ja, ja, ja, les ahorra estás cosas.