El matrimonio de Héctor y Lyna en Palmira, Valle del Cauca

Los padrinos hicieron el brindis y a las 3 pm y abrimos pista con nuestra canción "Te Encontré", habíamos practicado una coreografía que no salió perfecta, ¡pero la disfrutamos mucho!

Ofrecimos limonada, gaseosa, cubalibre, jugo de mango, wiskey, ron, aguardiente, agua y un repique valluno: marranitas, aborrajado, empanadas y chorizo para tardear. El ramo fue entregado a una gran amiga que muy pronto se casaría, y para la liga hicimos una actividad con sólo 3 solteros. ¡Se la ganó el que tuviera la media más alta!

A las 6 pm le canté una canción a mi esposo, lo había preparado y salió mejor de lo que esperaba, ¡fue muy emocionante! Después, llegó un grupo con el que seguimos bailando hasta las 8 pm. Bailé con todos los hombres que estaban en la fiesta, mi esposo y mi mamá fueron grandes anfitriones, pasaron por todas las mesas continuamente verificando que todo estuviera bien. Mi dama de honor estuvo muy atenta de mi maquillaje, peinado y cambio de zapatos, ¡fue maravillosa!

Finalmente, cerramos nuestro gran día con la entrega de los recordatorios hechos por mí, la proyección de un video con las fotos tomadas por nuestro gran fotógrafo, Cesar Saa, en la catedral y una picada.

¡Mi esposo y yo nos fuimos al hotel Hampton a pasar nuestra noche de bodas! Este fue un regalo hermoso de mi querida Angelique. Solo me quedan palabras de agradecimiento para todos los que hicieron parte de este sueño convertido en realidad. Cada detalle le puso un sello único a este día que al final fue el resultado del amor, unión familiar y compañía de nuestros mejores amigos.

Lyna y Héctor.