El matrimonio de Edd y Andrea en Medellín, Antioquia

La crónica de nuestro matrimonio

¡Un día soñado en todos los sentidos!

El clima perfecto, el atardecer hermoso, mucho amor en el ambiente, lágrimas de emoción y sonrisas interminables.

Mi abuelo y mi tío me recogieron en mi casa, para ir a la iglesia. Felicidad evidente en sus rostros, caras para no olvidar.

Una ceremonia llena de encanto, de detalles, de recogimiento, de oración.

Camino hacia el altar, ya de la mano de mi futuro esposo, se escuchó una grabación de mi voz, confirmándole porqué deseaba compartir mi vida entera con él.

La música fue la cómplice perfecta para cada uno de los momentos de la celebración y una "presentadora" introdujo cada una de las partes del ritual.

Personalizamos nuestros votos, con el compromiso de cumplirlos y hacerlos parte de nuestras vidas para siempre.

Al final de la eucaristía decenas de globos con buenos deseos volaron a los cielos y allí se marcó el inicio de una nueva familia.

La recepción fue en muy emotiva, pues en el brindis rendimos un homenaje a nuestras madres, quienes son nuestra razón de ser, nuestros polos a tierra. Hicimos el protocolo tradicional del yugo y la liga... Y ahora sí, ¡a bailar se dijo!