El matrimonio de Diego y Nataly en Bogotá, Bogotá DC

La crónica de nuestro matrimonio

El día fue completamente maravilloso, no solamente por la ilusión de empezar mi vida junto al ser que llena de felicidad y amor mis días, también por la emoción en l cara de los familiares y amigos que nos acompañaron, aún recuerdo los abrazos llenos de agradecimiento por habernos acompañado ese día, personas que por nada del mundo nos dejarían, los que sin importar los obstáculos que se dieron justo para esa fecha llegaron. Realmente las lágrimas se me escurrían cuando los veía porque ahí supimos cuánto amor nos rodea, igual con las llamadas de aquellos que simplemente no pudieron pero sabíamos que querían estar allí.

Debo decir que las lágrimas se me salieron mil veces ese día por cada detalle, mi papá lleno de ternura y emoción en todo momento, sus palabras cuando me entregó, cuanto amor en esas palabras; mi mamá y mis hermanas acompañándome y literalmente complaciendo todos mis caprichos, la familia de mi esposo que en cada gesto demuestran su cariño, mi familia cuánto me alegró verlos allí, nuestros amigos de toda la vida con los que nos hemos acompañado en todas los momentos. Pero lo que más tocó mis sentimientos e hizo este día perfecto fue ver a mi entonces prometido esperándome en la entrada de la capilla con sus ojitos emocionados y después en la ceremonia cada palabra del sacerdote me hacía pensar que me estaba casando con una persona maravillosa, un excelente ser humano, y cada palabra de la celebración encajaba perfectamente para entender que sin duda estaba dando el paso más acertado de mi vida.