El matrimonio de Cristian y Luisa en Bucaramanga, Santander
De noche Verano Dorado 3 profesionales
C&L
22 Jul, 2017La crónica de nuestro matrimonio
Hola, chicas. Mi gran día fue de locura... En la madrugada me alcancé a enfermar, quizás de los mismos nervios. Mi mamá me acompañó a recoger mi vestido y nos fuimos a casa de un primo donde nos arreglaríamos. Fui al salón de belleza a sacar la cita y listo, programado. Me tome una pastilla por seguridad, para que a la hora del matrimonio estuviera bien de salud por aquello de los nervios también. Ya me tocaba ir a casa para vestirme y fue chistoso, porque mi vestido era estilo princesa y tocaba ponerme las faldas de debajo y pues mi mami me ayudó, y ella empezó a sudar y casi se alcanza a estresar. Vestimos a los pajecitos ya a la hora de salir
El carro que me iba a recoger había llegado, pero como no estaba decorado, no lo veíamos- el señor sacó la cabeza por la ventana y pregunta: “¿es la novia?”. Eso por mi lado, por otro lado, a mi futuro esposo se le olvidaron los anillos. Tocó retrasar la ceremonia casi 1 hora porque el papá se regresó a la casa a traerlos. Yo llegué las 7pm y me tocó esperar. Los pajecitos eran mi hija y un primito de 3 años cada uno y casi no los podían controlar para tirar los pétalos. El papá del paje decidió no poner los anillos en el porta argollas por seguridad. Al momento de la entrega de los anillos hizo el plan B: los entregó un primo mío de 7 años con algo más de experiencia para entregar. Ya cuando por fin era el momento de poner los anillos, mi futuro esposo coloco el mío y cuando era mi turno el pastor no se acordaba donde había puesto el anillo de mi futuro esposo, y estaba debajo de su biblia. Al fin recibimos la bendición el pastor nos presentó: “los esposos Arciniegas Bustos”. Fotos y fotos.
Seguir leyendo »El servicio que contratamos de fotografía fue excelente, pues mi futuro esposo casi no sonríe y el muchacho no sé cómo, pero lo hacía sonreír y en todas las fotos quedamos divinos. Yo tenía ganas de tomarme demasiadas fotos y, sueños cumplidos, al fin Dios nos proveyó: nos pudimos casar y pues nos tomamos muchas fotos. La familia super emocionada, primero las fotos con la familia de mi esposo y cuando era el turno de mi familia, preciso habían servido la comida y la persona encargada de organizar para las fotos empezó a llamarlos por familias y ellos bien cómicos, no se pararon para tomarse las fotos, si no que empezaron con el “¡Eh!”, algo chistoso, la verdad. Pero bueno, lo más importante es que después de casi 5 años de relación y 2 hijos, Dios nos permitió recibir su bendición.
Por cierto, el ramo se lo ganó mi hermana, pero por poco lo coge el hermano de mi futuro esposo... Eso sí hubiera sido algo super cómico.
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