El matrimonio de Camilo y Adriana en Neiva, Huila

La crónica de nuestro matrimonio

El día empezó lleno de emociones por esta fecha tan esperada. Vinieron familiares y amigos de otras ciudades solo para poder acompañarnos y hacer de este momento algo tan especial. Yo, al ser la novia, empecé a arreglarme desde mucho más temprano, la ansiedad de querer lucir perfecta y pensar cómo estaría todo lo de la decoración. Por otro lado, pensar en si Juan Camilo estaría listo a tiempo, ya que es un poco impuntual. Si los invitados llegarían a la hora estipulada en la tarjeta. Esto y muchas cosas más, hacían de la preparación algo un poco estresante, pero a la misma vez emocionante. Cuando iba de camino al salón, para por fin hacer mi "espectacular" entrada, empecé a sentir el vestido más apretado y que se me iba la voz por los nervios. Luego de un vaso de agua, ya me sentía mejor. Al llegar al lugar, todo me pareció perfecto, la decoración estaba tal cual la imaginé o aún mejor. Los invitados ya estaban organizados esperando que todo diera inicio y el novio más guapo de todos ya estaba esperando por mí. Desde el inicio hasta el final de la noche fue de ensueño, nuestros votos estuvieron hermosos, el baile que habíamos preparado nos salió de maravilla, aún mejor que en los ensayos. La comida estuvo deliciosa junto con la torta y la mesa de postres y claramente no faltaron las risas durante la fiesta, tanto que al final de la recepción sentía un calambre en las mejillas por no haber parado de sonreír en toda la noche. Cada detalle hizo de ésta fecha un día inolvidable. El mejor de mi vida hasta la fecha, porque estoy segura que vendran muchos mas momentos felices.