El matrimonio de Andres y Sindy Marcela en Medellín, Antioquia

Teníamos planeadas unas fotografías en el hermoso parque que tiene la iglesia, sin embargo justo al momento de salir, lo impidió la lluvia. Este suceso me entristeció demasiado y llegué a pensar que se trataba de algo malo, pero investigué y descubrí que en varias culturas la lluvia el día del matrimonio es buen augurio: “novia mojada, novia afortunada”.

Al llegar al salón, recibí muchas sorpresas: la decoración, el saxofonista, los cantantes. La recepción fue muy amena, pues nos acompañaron los seres más queridos por ambos. Compartimos con ellos una cena vegetariana, puesto que yo, la esposa, hace muchos años sigo este estilo de vida y mi esposo aceptó complacerme.

Hubo espacio para juegos con el yugo y la liga, se rifaron los lindos centros de mesa. Hubo espacio también para bailar.

Nuestro baile fue uno de los momentos más bonitos que he vivido. La canción fue tocada en el saxofón y nos sentíamos en el cielo, el amor brotaba por nuestros ojos. Este día fue único, maravilloso, mágico, lleno de amor, con la compañía de la familia y los amigos más cercanos, fue un día realmente feliz y esa felicidad se ha multiplicado cada día que pasa.