El matrimonio de Andrés y Laura en Bogotá, Bogotá DC
De noche Primavera Rojo
A&L
05 Sep, 2015La crónica de nuestro matrimonio
La boda de una princesa.
Ese día se había planeado con poca antelación, pero se tuvo en cuenta cada detalle y cada cosa por pequeña que parezca hasta que llegó el tan esperado día.
Inició por las invitaciones confirmadas, que finalmente asistieron personas muy muy cercanas a la familia, finalmente fueron 120 invitados.
Unas semanas antes había tenido la última prueba de vestido y desde ese día no lo había visto así que ya tenía más ansiedad. Sin embargo debo empezar por contar desde la noche anterior.
Para ello es necesario describir a mi madre, quien es una mujer super conservadora, además que ella soñaba con una boda perfecta, lo que hizo que cumpliéramos con varios agüeros matrimoniales desde el inicio; por ejemplo, no dejó que mi esposo viera el vestido sino hasta el día de la boda, no nos pudimos ni ver ni hablar desde el día antes, hasta el momento de la iglesia.
Esa noche anterior fue toda una risa, pues yo aun seguía angustiada por mi agenda del día de la boda, y mi mamá aun coordinaba muchísimas cosas, finalmente esa noche llegué a mi casa no cené porque no tenía hambre y tampoco podía conciliar el sueño, intenté dormir con mi mamá, con una sobrina, sola, con el perro, el gato, y no conciliaba el sueño, hasta que mi mamá me dio una tasita de té con valeriana y pude dormir.
Seguir leyendo »Finalmente llegó el gran día, para el que me desperté muy temprano como a las 5 am, desayuné algo ligero porque temía no entrar en el vestido, me vestí en ropa deportiva y salí para la estética donde me arreglarían, y tenía cita a las 8:30am ¡la boda era a las 2:30pm¡ así que había tiempo, primero arreglaron a mi mamá y a mi papá, mientras a mí me hacían manos y pies, luego ellos se marcharon y dijeron que me recogerían a las 12 p.m., finalmente me peinaron y maquillaron y cuando vi la hora eran las 1 p.m. Se me estaba haciendo tarde.
Cuando por sorpresa me llamó mi papá y me recogió en un carro clásico, blanco, hermoso. Sinceramente, todos, todos me miraban, porque yo iba maquillada como una mujer de la época antigua y mi peinado igual, así que el carro era un accesorio para mí. Además blanco y decorado con rosas completamente rojas.
Finalmente llegue a casa y mis hermanas me vistieron, vestido, zapatos, collar, aretes, liga, velo y demás, y yo ya estaba lista, pero eran las 2:00 p.m. y estaba a 40 minutos de la iglesia.
Claro, yo digo que dios ese día estaba de mi parte, pues el sol era hermoso y el cielo estaba despejado ¡cosa rara en Bogotá¡ bueno mi mamá salió con mi cuñado y hermana en su carro y yo aún quedé en la casa esperando a mi papá, que no encontraba su corbatín por ninguna parte.
Finalmente a las 2:10 arrancamos y todo iba maravilloso, pues como si fuese una ambulancia la gente nos dejaba pasar más rápido, y en el tráfico habían quienes me gritaban, estás hermosa no te cases, como otros que sonaban su pito y gritaban, bendiciones. Todo era maravilloso y yo estaba nerviosa, pero el conductor del carro lo identifico así que puso música para que yo respirar y me calmara.
Finalmente hasta la policía de transito se alió, me abrió paso incluso en contravía para que llegara rápido a la iglesia y todos en la iglesia estaban marcándole a mi papá porque mi esposo ya estaba desesperado.
Bueno, para la parte de la iglesia debo decir que soy la hija menor de una familia militar, y mi esposo también es militar, para más exactitud, suboficial de la Armada Colombiana, Infantería de Marina, así que en la iglesia había personas con uniformes de todas las fuerzas militares, (Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Policía) allí había camarógrafo, familia, y amigos cercanos.
Y en la mitad de la iglesia mi esposo, como era una boda militar yo me tenía que hacer a mano izquierda de mi esposo, y quien me entregó en la iglesia era mi papá y a él el papá, todo iba de manera normal hasta que yo tenía que decir mis votos matrimoniales, y en ese momento rompí en llanto, no podía hablar y todo el mundo pensó que yo no me casaría, pero sí, si me casaría, solo eran emociones en mí. Finalmente la misa finalizó y nosotros seguimos, claro no faltaron los agüeros, arroz, palo de escoba, ramo de flores hacia atrás y fotos, fotos, fotos.
Luego siguió la pachanga. Donde bailamos y bailamos, hasta las 3:00am, porque nuestro vuelo de luna de miel salía al siguiente día a las 10am. Pasamos la luna de miel el Club del Quindío en Armenia y todo fue maravilloso.
Hasta el día de hoy ha sido mi mejor experiencia, y el bus en el que seguimos montados para construir un futuro juntos.
Otros matrimonios en Bogotá DC
Ver todas
El Retiro de San Juan
Museo El Chicó
Chalet Suizo Usaquén
Inspírate con estos matrimonios
Deja tu comentario