El matrimonio de Andrés y Erika en Cartagena, Bolívar
De noche Invierno Morado 3 profesionales
El 16/10/2016 418 3 1
A&E
16 Oct, 2016
La crónica de nuestro matrimonio
Érase una vez, el 16.10.16. ¿Saben? Pasaron 3 años y 8 meses desde que nos vimos por primera vez hasta que nos dimos el beso que sello nuestro "juntos por la eternidad". Cada mirada, cada regalo, cada palabra y cada momento vivido se vio reflejado en nuestra boda: en las palabras, las flores, el ambiente, la magia. En medio de tantos afanes por las cosas que organizar, cosillas que detallar (porque yo fui mi Wedding Planner), sentimos que ese 16 de octubre de 2016 fue uno de los mejores días de nuestras vidas.
Los arreglos de flores los hicimos en mi habitación, la torta llegó justo en el momento que habíamos terminado la decoración y empezaban a hacerme el blower, todo marchaba sobre ruedas. Nuestros proveedores fueron excelentes, no tuvimos quejas de nada, todo fue justo como lo pedimos y en el momento preciso. Eso ayudó a mantenernos tranquilos en medio de tanta agitación.
Mientras mi esposo se arreglaba en su habitación junto a su padre, yo estaba junto a mi madre, mi dama de honor y una amiga en mi habitación. Sólo un pasillo nos dividía, pero desde mi habitación podía sentir el nerviosismo de mi esposo y sé que él podía percibir el mío. A pesar de ello, nuestra emoción iba en aumento al saber que sólo en pocos minutos seríamos una nueva familia bajo la bendición de Dios.
Seguir leyendo »Poco a poco el salón fue llenándose de invitados mientras suaves melodías de saxofones, cellos, pianos y violines flotaban en el ambiente mezclándose con el aroma de las rosas y otras flores, cuyos colores se resaltaban o fusionaban entre las luces lila y ámbar. En medio de ese ambiente casi etéreo, empezó el cotejo nupcial encabezado por mi guapo esposo (quien lucía su uniforme de gala) y mi querido suegro.
Llegué a un pasillo desde el cual pude ver parte del cortejo hasta que fue mi turno de entrar. ¡Créanme cuando les digo que fue muy, muy difícil contener las lágrimas en un momento como ese! Pero mis padres y yo lo logramos, no queríamos caminar al altar llenos de lágrimas en un momento tan feliz como ese. Cada paso que daba en medio de las notas musicales me acercaba a mi gran amor... ¡y cada vez más fuertes eran los latidos de mi corazón!
La ceremonia tuvo una hermosa reflexión de parte del Pastor, canciones especiales, una sorpresa de parte de mi esposo, un maravilloso intercambio de votos y un beso como nunca antes había recibido uno. Luego de las felicitaciones de los invitados, estos pasaron a la recepción y disfrutaron de la mesa de dulces dispuesta para la ocasión; mientras, mi esposo y yo nos dimos una escapadita junto a nuestro fotógrafo y dama de honor.
La recepción fue animada por dinámica y buena música, para luego culminar con una deliciosa comida que nos dejó satisfechos a todos. Y bueno, las fotos que aquí les dejo muestran lo que mis palabras no pueden expresar. Así que espero las disfruten tanto como mi esposo y yo disfrutamos ese día.
Con cariño,
Andrés y Erika.
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