Vanessa M. Enviado el 04/03/2022
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Calidad del servicio
Valoración 4.0 de 5
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Tiempo de respuesta
Valoración 5.0 de 5
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Profesionalidad
Valoración 4.0 de 5
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Relación calidad/precio
Valoración 4.0 de 5
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Flexibilidad
Valoración 1.0 de 5
El lugar divino pero los dueños inflexibles
Elegimos Macedonia por sus espacios naturales y decoración vintage, lo cual estaba alineado con nuestros gustos. Sin embargo, mi experiencia durante la organización de la boda fue estresante porque los dueños fueron inflexibles. Por ejemplo, habíamos acordado (antes de firmar el contrato) que yo llevaría los pasabocas, pero como no me percaté que estuviera en el contrato pues tuve que comprárselos al doble del precio, esto faltando mes y medio y sin posibilidad de negociar. Otra situación que me pareció desagradable fue que el Sr. A. trató de darme quejas durante el día de la boda, y la razón era porque los meseros no lavaban la loza. Esto me pareció inoportuno y después supe que cuando los hoteles cobran el alquiler de los platos se encargan de lavarlos, y como era de esperarse, no fue el caso y al otro día me cargaron 100,000 pesos por esto (aunque me querían cobrar 150,000), después de reflexionarlo me pareció abusivo, ya que una señora de la limpieza cobra la mitad por un día completo. Al final pagué porque ya no quería más dolores de cabeza. Mi sentir es que aprovechaban cualquier oportunidad para agregar costos. También hubo mucha presión con los invitados por los pagos anticipados de las reservas, y no entiendo la razón si al final ellos no cobrarían los cuartos que no se ocuparan. Y para terminar, al día siguiente de la boda hubo invitados que no alcanzaron a desayunar porque la cocina cerraba a las 10 a.m. Estos son algunos ejemplos. Desde mi punto de vista el dinero no debe estar por encima de la satisfacción de los clientes, y ser inflexibles quizás permita hacer un negocio, pero limita los futuros. Agradezco a Daniel por su apoyo, y si desean mejor el servicio quizás sea importante considerar mis comentarios arriba.
Elegimos Macedonia por sus espacios naturales y decoración vintage, lo cual estaba alineado con nuestros gustos. Sin embargo, mi experiencia durante la organización de la boda fue estresante porque los dueños fueron inflexibles. Por ejemplo, habíamos acordado (antes de firmar el contrato) que yo llevaría los pasabocas, pero como no me percaté que estuviera en el contrato pues tuve que comprárselos al doble del precio, esto faltando mes y medio y sin posibilidad de negociar. Otra situación que me pareció desagradable fue que el Sr. A. trató de darme quejas durante el día de la boda, y la razón era porque los meseros no lavaban la loza. Esto me pareció inoportuno y después supe que cuando los hoteles cobran el alquiler de los platos se encargan de lavarlos, y como era de esperarse, no fue el caso y al otro día me cargaron 100,000 pesos por esto (aunque me querían cobrar 150,000), después de reflexionarlo me pareció abusivo, ya que una señora de la limpieza cobra la mitad por un día completo. Al final pagué porque ya no quería más dolores de cabeza. Mi sentir es que aprovechaban cualquier oportunidad para agregar costos. También hubo mucha presión con los invitados por los pagos anticipados de las reservas, y no entiendo la razón si al final ellos no cobrarían los cuartos que no se ocuparan. Y para terminar, al día siguiente de la boda hubo invitados que no alcanzaron a desayunar porque la cocina cerraba a las 10 a.m. Estos son algunos ejemplos. Desde mi punto de vista el dinero no debe estar por encima de la satisfacción de los clientes, y ser inflexibles quizás permita hacer un negocio, pero limita los futuros. Agradezco a Daniel por su apoyo, y si desean mejor el servicio quizás sea importante considerar mis comentarios arriba.